Pero parece que en Vélez la transmisión generacional de principios e identidad tiene una fuerza que enorgullece. Una de las páginas más visitadas y completas de las numerosas webs fortineras (www.dalefortin.com.ar) emuló el programa televisivo de Mario Pergolini y desde hace unos meses está realizando “El Gen Fortinero”.
En dicha encuesta han participado más de 26.000 personas, y hasta aquí los resultados habían subrayado las dudas que señalamos en el primer párrafo: en cada rubro ganaron los protagonistas de los dorados 90.
Pero llegó el turno de elegir al presidente paradigmático de Vélez Sarsfield. Los finalistas fueron José Amalfitani y Raúl Gámez, el mítico constructor del club versus un presidente que logró ligar su imagen a los triunfos de la década pasada conseguidos durante las presidencias de Petracca y Gaudio.
Sabíamos que en la selección de los finalistas ya la diferencia había sido enorme en favor de Don Pepe, pero en el mano a mano esperábamos un margen menor. No fue así, Amalfitani se impuso por el 83,7% contra sólo el 16,3% de Gámez.
En vista de que los reparos que genera una encuesta digital juegan en contra de la posibilidad de estos resultados, el posible sesgo los engrandece aun más, y nos llena todavía de más satisfacción. No porque nos alegre la derrota de nadie, sino porque refleja que los principios que Don Pepe implica (un club con función social, al servicio de la comunidad a través de la cultura y el deporte) están vigentes al máximo en las nuevas generaciones de velezanos.
Sin embargo, parece que para algunos una diferencia tan abismal no debe reflejarse en cantidad de bronce y reparto de nombres a instalaciones.
Además de lo innecesario que es homenajear con bustos y bautismos a los aun activos (estos homenajes son formas de poner como ejemplo a lo mejor del pasado para que guíe en su accionar a los que actúan en el presente, por lo que si alguien aun es parte de la actualidad debería alcanzar su accionar para ser juzgado y oportunamente seguido), las diferencias abismales entre la adhesión a un estilo (el socialmente activo y constructivo) y el otro (la reducción de Vélez a la pasiva observación desde una tribuna de lo que otros actúan) no habilitan igualar en nada a los personajes que los representan.
Acercándonos a los 40 años de su muerte, Don Pepe es aun hoy inigualable, es el mito originario de Vélez Sarsfield. “Amalfitani” es uno de los sinónimos que tiene el nombre de nuestro club. Ello no sólo implica que Vélez aun tiene una identidad social y deportiva que respetar, sino también que se debe seguir manteniendo la distancia de su figura con la del resto de los dirigentes del presente y del pasado de nuestro club.
Alejandro Irazabal
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