domingo, 14 de noviembre de 2010

Contámelo al Oído

Menos mal que en el número 57 de la mejor revista de Vélez (Obvio, adivinó, “La V de Vélez”) escribimos, en la Editorial, que “jugando así, podemos volver a campeonar”. Lo escrito, escrito está. Lamentablemente, para los agoreros del mal humor, para los alcahuetes, para los que traicionan la confianza, para los que dicen lo que no dicen y más aún para los mentirosos que estafan la fe de quienes les creen, en el próximo número se la transcribiremos textualmente, por si aún les queda alguna duda. Con aciertos y desaciertos. Así pueden comprobar con que facilidad caen algunos en el ridículo y, lo que es peor, ni colorados se ponen. ¡Qué barbaridad!
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Desde esta sección hemos creado personajes llamados “José...” (aunque en realidad fue el humorista Tato Bores quien lo usaba con mucha frecuencia). Nosotros tan sólo lo llevamos al papel impreso. Pero ahora hay otros que también lo usan. Bienvenidos sean. Siempre dijimos que copiar lo bueno. no es malo. Vayan nuestras felicitaciones a La Salada...
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Claro, dijimos La Salada... y muchos no entenderán nada. En La Salada se falsifica todo. Algunos lo hacen bien, otros son grotescos. Estos últimos jamás van a entender que la
imaginación y el talento no se posee sólo diciendo siempre “Sí, señor”. La alcahuetería, a veces, temporalmente, da un buen pasar, pero cuando se pierde la dignidad se hipoteca el alma. ¿Me explico?, diría un amigo...
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¿Qué pasará el año próximo? Hay elecciones y dicen que vuelve “El Cuarteto Imperial”: “El Rey...”, “El Chuchu”, “El Simpático de Flores”, “El Sastrólogo”. Si hablamos musicalmente, siempre fueron desafinados. Aunque algunos dicen que con ellos, normalmente, bailaron bien. Y qué podemos decir ante eso. Nada. Esperar que del otro lado se arme una buena orquesta, que no desafine tanto, donde uno toca el trombón y haya otros que toquen la pandereta. ¿Me explico? Hummm... ¡Cómo nos gustó este latiguillo!
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Bueno, bueno... todo llega a su fin. Los “chochamu” de la otrora y gloriosa agrupación dan por terminado un ciclo de estar del otro lado del mostrador. Taza, taza... cada uno a su casa, parece ser la frase de cabecera. ¿Quedará alguno? Siempre alguien queda por ahí. Se cambian la camiseta y siguen. Pasan a ser “Circulistas con cicatrices” de la primera hora. Eso existió, existe y existirá de por vida. Gritan acá y ponen el huevo allá. ¿Y los principios? ¿Los qué...? “Déjense de joder, el club nos necesita”, dicen muy sueltos de cuerpo.
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Hablando de “Circulistas”. Nos invitaron, de palabra, a la cena de la Agrupación oficialista, que se hará próximamente. Creemos que se trata de un chiste. De confirmarse la invitación, le sugerimos que la misma nos la envíen por escrito. Inferimos que, si no es un chiste, querrán invitarnos para lavar la imagen de aquella cena que organizo esa mism Agrupación, donde la comida fue de cuarta, parecía de utilería. No entendemos el motivo de esta sugestiva invitación. ¿O acaso querrán envenenarnos?
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Tal vez hay cosas, como la tratada en el párrafo anterior, que nosotros no entendemos. A lo mejor la gente de esa Agrupación intente copiar a la Comisión del Centenario que invitó a un desayuno, para la próxima semana, en la Villa Olímpica, a la actual Comisión Directiva. Sí, sí... leyó bien. ¿Qué tendrá que ver con los cien años del club? Como nuestro objetivo en la vida es sumar, le proponemos a los organizadores una serie de inquietudes. Por ejemplo: para quedar bien con el “Raffa” sabemos que usa zapatos de “Izquierdo”, son “toraba” y no son malos. A un vice, que dice saber de fútbol (en realidad, el único que sabe de fútbol es el Editor de este “pasquín”), le gustan las pastas; podrían obsequiarle entonces una “Pasta Linda” o, sin gastar tanto, una crema de afeitar, así deja la brocha. No sería un mal regalo. En fin, hay tantas maneras de congraciarse con el poder, muchachos. Por los dudas, como dice un amigo llamado “Arturito”: “tomémonos de las manos y todos juntos exclamemos: ¡Ommm... Ommm”.
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El fútbol es pasión, dicen muchos. Y tenemos que reconocer que algo de razón tienen, porque cada uno expresa sus alegrías o sus tristezas como lo siente, pero entre festejar un gol con el puño crispado o con sonrisas preferimos esto último, Es un divertimento, aunque para algunos será un laburo. No es nuestro caso. El otro día, en Banfield, escuchamos a nuestro conocido “José Marcapasos” gritar un gol... y tres segundos antes del resto de quienes lo rodeaban. Consultado al respecto dijo: “Si soy el que más sabe de esto, como no me voy adelantar a los hechos. Mi visión futbolística me habilita”, dijo... Pensamos “se agrandó Chacarita” y enseguida le mandamos la repregunta: ¿Y por qué no gritaste el primero?. La respuesta fue clara y contundente. Nos dejó con la boca abierta: “si el que hizo el gol no lo gritó, ¿por qué lo tengo que hacer yo...”. Olor a goma quemada.
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La respuesta nos habrá dejado con la boca abierto, pero nuestra cabecita no para de pensar... ¿Quién le paga el sueldo, la prima y los premios? ¿Quién les metió en el bocho a los jugadores que no se debe gritar un gol? Si al fin y al cabo el gol es el orgasmo del fútbol. ¿No es una falta de respeto al hincha, al club, defender una camiseta y casi ponerse a llorar cuando se le hace un gol a otro? No decimos que haya que besarse la camiseta, como también hicieron algunos en otras épocas, porque ese es un acto de hipocresía. Y menos aún besarse los muñecas, o mirar al cielo, incluso cuando se convierte un penal, aunque se tenga un 90% de posibilidades de convertir... pero hacer un gol y no gritarlo... Dejémonos de joder. Pensamos que hubiese sido de la vida del “Toti Iglesias” sin poder gritar sus goles, ya que jugó en catorce equipos. ¡Basta de tonterías, por favor! El respeto se expresa de otra manera. Primero, comportándose como caballeros con quién lo contrata y entendiendo que el público, de la misma manera que aplaude o felicita, también tiene el derecho de mostrar su disconformidad.
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Para terminar. Otra vez nos aseguran que hay expresiones de algunos, diciendo: “eshos no quieren a Véle, no quieren”. Muchachos, ¿qué tiene que ver Vélez con algunos dirigentes? Lo vamos a aceptar como una chicana política, pero cuando nos nombren y no haya política de por medio, como hizo el representante soviético en Liniers, al otro día tienen una carta documento. Así van a tener que explicar el cómo y el por qué dicen lo que dicen. ¿Me explico? ¡Córtenla con los latiguillos! Hasta la próxima...

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