Sin dudas este equipo se debía una actuación de semejante envergadura como visitante. No sólo por la autoestima de los jugadores, sino también para devolverle al hincha de Vélez esa confianza que había perdido luego de la derrota frente a Boca y los empates sin gusto a nada contra Arsenal y San Lorenzo. No alcanzaba con la victoria frente al último, Quilmes, que sirvió para sacarse la presión del karma de no poder triunfar cada vez que se salía del estadio José Amalfitani.
Dejó mucha polémica la tapa y la nota del último numero de “La V de Vélez”, con el titulo “PROHIBIDO GANAR DE VISITANTE”, pero es nuestra manera de hacer periodismo, reflejando lo que el hincha siente aunque parezca políticamente incorrecto. No nos gusta decir que no ha pasado nada o practicar el propagandismo a favor de la comisión directiva, porque por suerte somos libres y no dependemos de las dadivas o sobres para ser complacientes y rehenes del poder.
Estamos convencidos que señalando los errores y criticando lo que, a nuestro entender, está mal es una forma de contribuir con nuestra institución. Quizá, a veces, seamos duros, pero no nos gustan las medias tintas, porque creemos que el lector velezano nos ha elegido como la revista para LEER y no para mirar buenas fotos. Es una forma ácida de reflejar algunos temas que nos interesa difundir de nuestro club. Sabemos que a muchos les cae mal, pero de eso se trata el periodismo, de molestar e inquietar al poder de turno. Nos propusimos desde esta publicación ofrecerle al lector distintas opiniones, transcriptas en columnas firmadas, y con la foto de cada uno que la escribe, donde la visión entre nosotros nos fortalece en el disenso en vez de debilitarnos en el DISCURSO UNICO como algunos pretenden imponer. Y créanos que este es nuestro mayor capital. Es la manera que cada uno saque sus propias conclusiones.
Volviendo a la reacción del equipo frente a Banfield pensamos que es como consecuencia del post-partido en Rosario, frente Newell’s, donde parecía que se caía todo. Recordemos la pelea publica de Ricardo Gareca con el diario deportivo Olé, por una supuesta discusión con Leandro Somoza en el vestuario. Este entredicho dio la sensación de fortalecer al plantel, que se puso como meta pelear el campeonato dejando las diferencias (QUE LAS HAY Y SON INOCULTABLES) para cuando finalice el torneo. Y que este desgaste del que tanto habla el técnico de Vélez, en la relación con sus dirigidos, se estire lo más posible para llegar a un final feliz.
Esto quedó reflejado en el triunfo ante Banfield, el tercer mejor equipo del fútbol argentino, después de Estudiantes y Vélez, en un gran partido, donde nuestro equipo recupero esa mística de campeón que no le veíamos desde aquel campeón del Clausura 2009..
¿Por qué? Porque se vio un equipo con hambre de gloria, que dominó a un gran rival como es el conjunto que dirige Julio César Falcioni durante setenta de los noventa minutos y porque, además, revirtió los dos empates transitorios de su rival demostrando un gran temple, con un poder ofensivo envidiable para este alicaído fútbol argentino, conformado por Santiago Silva, Juan Manuel Martínez, Maximiliano Moralez y este recuperado “Churry” Cristaldo.
Está claro que no hablamos de un equipo perfecto ni mucho menos, ni que antes éramos los peores y ahora somos los mejores, porque seguimos sosteniendo que el equipo todavía extraña a Nicolás Otamendi y a Marco Torsiglieri, que la dupla Víctor Zapata-Leandro Somoza no termina de complementarse a la hora de iniciar el juego o en lo relevos defensivos. O que este Augusto Fernández que no conforma a casi nadie y que desnuda problemas a la hora de retroceder por su lado, en yunta con Fabián Cubero. En cambio vemos a un Marcelo Barovero cada vez más seguro a la hora de salir a cortar esos centros que nos hicieron mucho daño en este último año y medio.
Usted se preguntará si alcanzará para el objetivo final. Todavía faltan seis fechas y si bien Estudiantes lleva una ventaja y se lo ve sólido, aunque no tenga delanteros, es un gran equipo y hay que respetarlo, pero el triunfo en el Florencio Sola cambió los humores en el mundo velezano y es un buen indicio para lo que queda.
La imagen de Ricardo Gareca en el grito del tercer gol, conseguido por el “Churry” Cristaldo (había entrado por Augusto Fernández) desnudó la angustia que tenía el técnico acumulada y ese desahogo se mezcló con la satisfacción de habérsela jugado todo con el cambio ofensivo.
ASI SI VELEZ.
Hernán Poggi
Dejó mucha polémica la tapa y la nota del último numero de “La V de Vélez”, con el titulo “PROHIBIDO GANAR DE VISITANTE”, pero es nuestra manera de hacer periodismo, reflejando lo que el hincha siente aunque parezca políticamente incorrecto. No nos gusta decir que no ha pasado nada o practicar el propagandismo a favor de la comisión directiva, porque por suerte somos libres y no dependemos de las dadivas o sobres para ser complacientes y rehenes del poder.
Estamos convencidos que señalando los errores y criticando lo que, a nuestro entender, está mal es una forma de contribuir con nuestra institución. Quizá, a veces, seamos duros, pero no nos gustan las medias tintas, porque creemos que el lector velezano nos ha elegido como la revista para LEER y no para mirar buenas fotos. Es una forma ácida de reflejar algunos temas que nos interesa difundir de nuestro club. Sabemos que a muchos les cae mal, pero de eso se trata el periodismo, de molestar e inquietar al poder de turno. Nos propusimos desde esta publicación ofrecerle al lector distintas opiniones, transcriptas en columnas firmadas, y con la foto de cada uno que la escribe, donde la visión entre nosotros nos fortalece en el disenso en vez de debilitarnos en el DISCURSO UNICO como algunos pretenden imponer. Y créanos que este es nuestro mayor capital. Es la manera que cada uno saque sus propias conclusiones.
Volviendo a la reacción del equipo frente a Banfield pensamos que es como consecuencia del post-partido en Rosario, frente Newell’s, donde parecía que se caía todo. Recordemos la pelea publica de Ricardo Gareca con el diario deportivo Olé, por una supuesta discusión con Leandro Somoza en el vestuario. Este entredicho dio la sensación de fortalecer al plantel, que se puso como meta pelear el campeonato dejando las diferencias (QUE LAS HAY Y SON INOCULTABLES) para cuando finalice el torneo. Y que este desgaste del que tanto habla el técnico de Vélez, en la relación con sus dirigidos, se estire lo más posible para llegar a un final feliz.
Esto quedó reflejado en el triunfo ante Banfield, el tercer mejor equipo del fútbol argentino, después de Estudiantes y Vélez, en un gran partido, donde nuestro equipo recupero esa mística de campeón que no le veíamos desde aquel campeón del Clausura 2009..
¿Por qué? Porque se vio un equipo con hambre de gloria, que dominó a un gran rival como es el conjunto que dirige Julio César Falcioni durante setenta de los noventa minutos y porque, además, revirtió los dos empates transitorios de su rival demostrando un gran temple, con un poder ofensivo envidiable para este alicaído fútbol argentino, conformado por Santiago Silva, Juan Manuel Martínez, Maximiliano Moralez y este recuperado “Churry” Cristaldo.
Está claro que no hablamos de un equipo perfecto ni mucho menos, ni que antes éramos los peores y ahora somos los mejores, porque seguimos sosteniendo que el equipo todavía extraña a Nicolás Otamendi y a Marco Torsiglieri, que la dupla Víctor Zapata-Leandro Somoza no termina de complementarse a la hora de iniciar el juego o en lo relevos defensivos. O que este Augusto Fernández que no conforma a casi nadie y que desnuda problemas a la hora de retroceder por su lado, en yunta con Fabián Cubero. En cambio vemos a un Marcelo Barovero cada vez más seguro a la hora de salir a cortar esos centros que nos hicieron mucho daño en este último año y medio.
Usted se preguntará si alcanzará para el objetivo final. Todavía faltan seis fechas y si bien Estudiantes lleva una ventaja y se lo ve sólido, aunque no tenga delanteros, es un gran equipo y hay que respetarlo, pero el triunfo en el Florencio Sola cambió los humores en el mundo velezano y es un buen indicio para lo que queda.
La imagen de Ricardo Gareca en el grito del tercer gol, conseguido por el “Churry” Cristaldo (había entrado por Augusto Fernández) desnudó la angustia que tenía el técnico acumulada y ese desahogo se mezcló con la satisfacción de habérsela jugado todo con el cambio ofensivo.
ASI SI VELEZ.
Hernán Poggi
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